Manuel López Lara
arquitecto técnico (UPM 1993)

martes, 17 de julio de 2018

La Burbuja.

Conjunto Residencia Avd. Portugal (Madrid) 2016
En el año 2008 estalló que se vino en llamar la "burbuja inmobiliaria". Este término, asumido ya por todos, es erróneo y debería haberse llamado "burbuja bancaria". No fue el sector inmobiliario, promotores, constructores, vendedores y compradores los culpables de aquel despropósito, fueron exclusivamente los bancos. Hubo barra libre de créditos hipotecarios: no se revisaban y aseguraban las garantías de los hipotecados, se les ofrecía y animaba a que pidieran mas dinero de estrictamente necesario, incumplieron la ley otorgando créditos por el 100% del valor de las viviendas (con el truco de dar el 80% como hipoteca y el 20% como crédito personal, concentrando dos riesgos es un solo producto), se dieron créditos a personas con escasa solvencia con el único aval de otra persona de igual solvencia, y todas esas otras cosas que todos hemos oído a familiares y amigos.

De lo 'bancaria' que fue esa crisis nos da una idea que los que tuvieron que ser rescatados, ayudados con dinero público (es decir, con nuestro dinero), han sido los bancos. Las promotoras quebraron. Las constructoras migraron a otros modelos de negocio de ingresos menores pero recurrentes (gestión de aeropuertos, recogidas de basuras, servicios sociales, gestión y peajes de autopistas) tanto en España como en otros países.

Fue tal la sacudida, fue tal el daño causado a lo mas profundo de las estructuras económicas que a día de hoy seguimos padeciendo las consecuencias de esa crisis. La sociedad no ha vuelto a ser la misma desde entonces, los cimientos han sido dañados y aún no han sido reparados. Y los bancos siguen sin tener saneados sus cuentas y sus activos.

Y la pregunta es: ¿nos encaminamos hacia una nueva burbuja bancaria?


De porqué este cuaderno.

Muchas vueltas le he dado a iniciar esta andadura en las redes sociales. En realidad no soy un entusiasta de ellas, procuro que sean para mi servicio y no estar yo al servicio de ellas. 

En cualquier caso hay una realidad incuestionable, si no estás en Internet no existes. Ello, desde un punto de vista personal, no es malo en esencia, uno configura su 'espacio de confort' y decide cuan grande quieres que sea, físico o en 'la nube'. 

Muy distinto caso es la vertiente profesional. Actualmente cualquier profesional debe estar en Internet de una manera u otra. Los estudios demuestran que cada día es mas habitual que, ante la necesidad de un bien, un servicio, un profesional, la búsqueda se inicie en Internet. Ya no vamos buscando un abogado, un dentista, un fontanero, una mercería o una agencia de viajes mirando locales por las calles o placas en los portales. Lo que no sale en el buscador de Google no existe.

En mi caso no quiero que esta ventana que ahora abro sea solo profesional. Tampoco quiero que sea solo personal. Por tanto, de ambas cosas habrá. Y cada cual que atienda a lo que mas le guste.